SOY HISTORIÓFILO

La historia se transforma en Historia cuando el pasado se deposita en los libros o brota inesperadamente de las honduras de la tierra. Un rayo de luz enciende entonces los fragmentos de la memoria y poco a poco vuelve a resucitar la vida.

Las novelas históricas (en su juego de intermitencias entre realidad y ficción) son páginas resucitadas. Su voz, sin embargo, no es pura arqueología, sino palabras cercanas con la pretensión de convertirse en un tintero lleno de sorpresas.

La Historia es la nave que surca el océano. La novela histórica son sus remeros.

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