El cortisol se enseñorea de mí, abruma mis pasos y afecta a mi equilibrio sanitario, porque, ante tanta calamidad y opresión mundial, esta hormona esteroidea está empezando a inundar todos los órganos de mi cuerpo. Me encuentro en un estado de hipercortisolismo y necesito un urgente respiro.
Por eso, bajo el manto puntiagudo del estrés, he decidido apagar el periódico digital de las diez, el Facebook de las doce, la radio de la una y, sobre todo, el televisor de las tres o de las nueve.
Nada de Telediario, ni por asomo: ni la una, ni la tres, ni la cinco, ni la sexta. Adiós a Alejandra Herranz, David Cantero, Pedro Piqueras, Alba Lago, Cristina Saavedra y Carlos Franganillo.
Me retiro de este mundo a una isla de soledad y extrañamiento, a una misión silenciosa de monje perpetuo. Quiero ser un misántropo. Pero ¿podré resistir una vida así, despreocupada e insolidaria, sin tanto cortisol inundándome las arterias?
Me parece no bien, sino muy bien tu actitud ante el panorama que tenemos encima, pero no así habrá alguien que no te dejará en paz y hará algún comentario sin haberle dado tu permiso a que lo haga.
La última vez que estuve en Madrid, al fotografiar yo una escultura dedicada a los inmigrantes una persona se dirigió a mí diciendo que él era judío israelita y que todos esos que yo estaba fotografiando eran los terroristas que no dejaban de atacar a Israel y los causantes de todas las guerras.
Yo, de una manera tranquila y pausada, le dije: Que desde que Caín mató a Abel, las agresiones no han parado y no pararan nunca y las guerras igual. Sólo recordar las dos guerras mundiales, la de Vietnam, y un largo etc que no tiene fin
Como dices, esta lección no la aprenderemos nunca. Mi artículo ironiza sobre el hecho de seguir puntualmente la información o, por sanidad personal, olvidarnos de ella para evitar esa contaminación diaria sobre la desgracia
Difícil vivir la vida… difícil vivirla en paz… si no sabemos, no somos capaces de arreglar nuestra casa, nuestros sentimientos, nuestros sueños, nuestras cosas… o mucho peor que esto, que también pueda ocurrir: «que no nos da la gana hacerlo». ¡¿Por qué lo van a querer hacer estos sin nombre?!
Imagino que podéis pensar que no es lo mismo, que hay un abismo enorme; ¡claro que lo es! Así empiezan las guerras. Que difícil vivir la vida…
Gracias, Carmen por tu opinión. La casa revuelta en todos los sitios.
Bienvenido al apacible mundo de la misantropía y el aislamiento social. Se vive mejor asi, ya verás.
Dejar de consumir la actualidad informativa, sobre todo siendo la ultraprocesada por los medios de comunicación de masas, conlleva múltiples beneficios. Por ejemplo mejor tránsito intestinal, producción hormonal equilibrada o también, muy importante, la reconquista de tu capacidad de atención.
¡Atención! Es éste un recurso que pretenden secuestrarnos constantemente. Vivimos asediados por estimulos de todo tipo, desde arengas políticas a comerciales. Recuperar nuestra atención y poderla dirigir a los asuntos que nos interesan de forma genuina, es un lujo necesario.
Y es que los medios de comunicación son relativamente eficaces en insinuar quienes son los buenos y quienes los malos. Pero en lo que son auténticos expertos y hacen con pericia sibilina, es crear los marcos de pensamiento en los que nos movemos. Se habla, de lo que toca hablar. Se disfraza de actualidad informativa, pero esa actualidad es sólo una selección de lo que ocurre en realidad en el mundo, poniendo énfasis en lo que a los intereses tentaculares de las corporaciones convenga. A su vez, existen multitud de tentáculos, ya sea de asociaciones, partidos, religiones, naciones… ¡Esto parece una merienda de pulpos!
Que esta situación sirva al menos para corregir esos hábitos tan nocivos, terribles, que tenías. Mejor un poquito de ejercicio a las diez, aprender alguna materia nueva a las doce y partidita de ajedrez a eso de la una ¡Mucho más sano y edificante!