«El gato que está triste y azul» me llenaba las tardes de Roberto Carlos, allá por los años del frío. Era una canción nostálgica y melancólica, impregnada de filosofías de amor. La juventud se diluía tras los cristales y elevaba observatorios más allá de los sentimientos. Desde ellos, los deseos y los proyectos se prolongaban hasta la línea del horizonte.
Esta mañana, Nube, blanca y gris, también se ha puesto triste y azul. Ha recorrido de nuevo otros caminos de sillas y sofás, de estanterías en las alturas, de miradas cómplices y se ha marchado para siempre.
Ha pasado por este mundo y, como todos, se ha convertido ya en una fotografía.
«Mas siempre serás en mi mirar lágrima clara de primavera».
Como también dice la letra de otra canción nostálgica….. «Algo se muere en el alma, cuando un amigo se va»…
Un fuerte abrazo.